Después de tantas navidades de ensueños e ilusiones, sabiendo
que el 25 de diciembre no era la fecha correcta, pero pensando que solo era una
inocente conveniencia; duele reconocer que pasarla del verano al invierno
obedeció al gran timo de “paganización del cristianismo”; haciéndola coincidir
con el solsticio de invierno, cuando las religiones paganas celebraban fiestas
al dios Sol Invictus, Mitra y Saturnales entre otras tantas deidades. De ahí, la
representación del sol en la simbología religiosa y masónica.
Conocer la verdad debe servirnos para enfocarnos en el blanco,
Jesucristo (Fil.3:14).
Por estos religiosos
manipuladores, nuestras navidades ya no serán igual.